RABIETAAAAAAAAAS
Que levante la mano aquel que le teme a las rabietas de un niño, sentir el ridículo e impotencia de pensar que no puedes controlar sus reacciones. Porque sí señores, las rabietas si son con público mucho mejor.
Está claro que todo esto es una broma, pero no es tanta broma que muchas veces nos vemos sin las herramientas necesarias para lidiar con nuestros hijos o alumnos en situaciones como estas.
Así que, ¿qué mejor que algunos consejos para superar estos pequeños infortunios?
La primera premisa que debemos tener siempre en la mente y que nunca nos puede abandonar es la CALMA, de esta vamos a necesitar mucha. No debemos ponernos nerviosos y sobretodo, no intentemos cortar la rabieta al momento; sí, habéis oido bien, dejar que el niño se exprese libremente, ya que si pretendemos cortarla de raíz vamos a entrar en una pelea de tú a tú con el afectado de la que no es fácil salir.
Antes de nada debemos saber que las rabietas son una etapa de lo más normal en el desarrollo de los niños y que se da aproximadamente de los 18 meses hasta los 4 años de edad, periodo donde el niño comienza a ganar cierta autonomía y pretende reafirmar su propio "yo".
Este tipo de reacciones son completamente necesarias para que los niños aprendan a canalizar la frustración, aceptando así aquellas emociones que se consideran más desagradables para ellos y para todo el mundo.
Pero, y ¿si hacemos uso de estas rabietas para enseñar a nuestros hijos y alumnos a gestionar sus propias emociones? Como padres y profesores debemos aprender a ver en todo momento oportunidades más que inconvenientes, oportunidades para hacer de nuestros pequeños, mejores personas tanto consigo mismo como con aquellos que le rodean.
Creo que en este momento estáis todos ansiosos de descubrir los famosos secretos que nos ayuden a superar este periodo cuanto antes. No os creáis que os voy a dar la fórmula mágica que todo lo soluciona, sino más bien, os voy a acercar a algunos consejos básicos que debemos tener en mente si queremos que nuestros pequeños aprendan a superar rápida y correctamente estos pequeños baches.
Las rabietas, aunque son momentáneas, no se deben tratar solo en ese momento, sino más bien debemos tratarla antes (prevenir), durante (acompañar) y después (razonar).
PREVENIR (antes):
Es muy importante que continuamente trabajemos con nuestros pequeños la prevención de estas rabietas evitando las tentaciones prohibidas. ¿Cómo hacerlo?, por una parte, debemos limitar los NO que tanto nos gustan a los adultos, es mucho mejor decirles "mejor podrías hacer esto" a "no hagas eso". Debemos establecer unos límites claros y concisos, los cuales se siguen con constancia y coherencia, aunque sí que debemos dejarles algunos momentos libres como recompensa ante buenos comportamientos. Pero sobretodo debemos educar en las emociones, enseñándoles a sobrellevarlas, sobretodo las menos agradables.
ACOMPAÑAR (durante):
Durante la rabieta, aunque todos penséis lo contrario, no debemos ceder o razonar ante sus exigencias, sino más bien debemos acompañarlo manteniendo en todo momento nuestros límites claros. Dejando así que exprese todos sus sentimientos y vea que nosotros estamos con ellos validando estos. Por ejemplo diciendo: "sé que estas muy enfadado pero juntos vamos a solucionarlo". Lo que sí podemos hacer es intentar cambiar sus razonamientos ofreciéndole distintas opciones mejores que sí que se pueden llevar a cabo. En estas situaciones es muy importante que mantengamos la calma y bajo ningún concepto gritemos ni amenacemos al niño en cuestión.
RAZONAR (después):
Cuando la rabieta ya haya pasado, es importante que no la dejemos correr, sino más bien, que nos sentemos con ellos a fin de analizar lo ocurrido. El objetivo principal de este paso es que junto con el niño demos nombre a esas emociones que ha sentido enseñándole que hay muchas otras formas de canalizarlas, de esta forma, estamos ofreciendo alternativas válidas a ese comportamiento que ni al pequeño ni a ti os ha gustado.
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Como padres o educadores, es muy importante, que tengamos estas claves en nuestra mente, ya que aunque no lo queramos las rabietas es algo normal con lo que tendremos que lidiar en más de una ocasión y, ¿qué mejor que tener algunas herramientas mágicas en nuestro bolsillo?
Ante estas situaciones, los libros también son una gran herramienta y nos pueden ayudar a trabajar con los más pequeños situaciones como estas. A lo largo de los próximos días or iré mostrando algunos de los mejores.
¡JUNTOS SOMOS MEJORES!
P.D.: Si os ha gustado o si tenéis alguna duda, dejadlo en comentarios, estaré encantada de ayudaros.
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